25 Sep 2013 - 07:30

Clone of El Secano y la montaña

Exposición permanente

Para el caso valenciano, el secano, y sobre todo la montaña, configuran un verdadero “contrapeso” o, si se prefiere, una “dualidad” con las huertas y marjales. Así, y a pesar de la existencia de algunos núcleos poblacionales de importancia histórica e incluso industrial, como Alcoi o Morella, el secano y la montaña valencianos han estado mucho menos poblados que las llanuras de la costa, densamente urbanizadas. Por otra parte, frente a las amplias huertas del llano litoral, las dificultades del terreno han obligado en la mayoría de los casos a aprovechar al máximo las vertientes construyendo un paisaje de cultivo a partir de terrazas (bancales). Todo ello con un hábil uso de la abundante piedra que se tiene a disposición. Secano y montaña han sidzo así mismo poco partícipes en la creación del imaginario valenciano más popular y conocido. Elementos como el mas, el aceite, el vino o la fábrica textil, fundamentales en muchas de estas zonas, han tenido históricamente escaso peso en lo que se entiende como “típicamente valenciano”.

Como es común en el ámbito mediterráneo, a partir de las estrechas franjas de costa que ocupan huertas y marjales, el territorio valenciano empieza a elevarse para constituir el secano y la montaña. Encontramos primero el secano, con un relieve todavía suave pero donde ya no llega el agua con la regularidad de las huertas, factor este decisivo para observar un cambio en los cultivos, en la densidad de población y en las formas de habitar. Aparece después la montaña, los extensos espacios de relieve abrupto del interior que configuran una buena parte del territorio, poniendo a prueba la habilidad de sus habitantes para hacerlos productivos.