Exposición temporal que se hizo en el Museu Valencià d'Etnologia en colaboración con el Museo Estatal de Historia de la Religión de Rusia.
Con esta exposición se quiso contar la historia de las religiones que han surgido en diferentes periodos culturales con los impresionantes fondos procedentes del Museo Estatal de Historia de la Religión de San Petersburgo.
Mientras que una importante parte de los iconos, parte de las cuales se expusieron en el iconostasio creado en la Sala Alfons el Magnànim, proceden del fondos religiosos del Museo de Alejandro III, otros irrepetibles lotes proceden del Museo Central Antirreligioso de Moscú, aportados en 1946 en pleno dominio estalinista.
La exposición pretende mostrar que la libertad en materia de creencia religiosa tiene, necesaria e imperativamente, que acompañar a la convivencia democrática.