Imágenes de la colección bélica de la Casa de la Imagen en Logroño dedicadas a la I Guerra Mundial.
El archivo de la Primera Guerra Mundial narra el periplo de un oficial por el frente dejando constancia de los paisajes de la guerra, de los dirigentes y los dirigidos. El archivo fue rescatado en un mercadillo de Tánger en 1999, estando custodiado en diez pequeñas cajas de madera. Cada una de las cajas contendía unas cincuenta placas de vidrio. Todos son negativos estereoscópicos, una especialidad fotográfica que permitía ver las fotos en tres dimensiones. El hecho que sean los originales negativos indica que pertenecían al propio fotógrafo, no pudiendo ser copias comerciales, que lógicamente siempre eran en positivo. De hecho, estas imágenes son completamente inéditas y nunca salieron del ámbito doméstico de su autor.
Las fotos fueron hechas entre 1916 a 1935. El archivo se divide en dos grandes bloques: el relativo a la Primera Guerra Mundial, que refleja la estancia del autor en el frente en 254 imágenes, y el referente a la posguerra hasta 1935, que retrata a la familia en sus excursiones, vacaciones, etc. en 224 fotografías.
Las imágenes de la Guerra Mundial son de un valor estético e histórico incalculable. Recorriendo el llamado Frente Occidental, el oficial se entretiene a capturar todos los aspectos de la contienda, de los momentos banales y curiosos a los crueles y descarnados. En su automóvil descubierto, tanto retrata armas extrañas como soldados abatidos. Es la visión de la oficialidad en guerra, analítica y distante, pero con un olfato estético excepcional.
El estado de conservación del archivo es bueno, variante del aceptable al excelente con escasas excepciones. Actualmente se encuentra completamente restaurado, catalogado y digitalizado con una cámara de alta resolución mediante un procedimiento no agresivo. Después de su conversión digital ha sido estudiado históricamente imagen a imagen.