18 Feb - 25 Abr 1999

El Rif, el otro occidente

Exposición temporal que inició un ciclo dedicado a la cultura marroquí.

La existencia de una realidad pluricultural en Cataluña, con un número elevado de inmigrantes rifeños, despertó el interés del Museo Etnológico de Barcelona y del Grupo de lnvestigación de las Sociedades Norteafricanas de la Universitat de Barcelona. Así, se planteó organizar una exposición alrededor de la sociedad arabomusulmana, concretamente del colectivo marroquí. Con esta actividad se canalizaba una preocupación tanto de las instancias culturales y políticas, como de la sociedad en general. Nuestro interés fue, desde el principio, mostrar una realidad cultural compleja, falsamente simplificada y radicalizada bajo términos religiosos o de violencia hacia las mujeres. Este objetivo se cumplía con Ia elección de algunos hechos sociales cotidianos representativos de su vida diaria, que condensaban aspectos tan diversos como son los económicos, los políticos, los sociales o los culturales. Así, dividimos la exposición en seis apartados: el moussem, la razzio, familia y mujer, el casamiento, el mercado y la comida. Las implicaciones de uno de estos hechos sociales las desarrollaré brevemente a continuación, incidiendo en la manera en que lo recreamos con los objetos etnológicos. El casamiento es la presentación social de una unión familiar. Con esta ceremonia se materializan las alianzas de grupo y hacen cada vez más compleja una sociedad que fundamenta su solidaridad en el parentesco. El casamiento también representa la reproducción de la sociedad rifeña, la vinculación de dos unidades económicas, la legitimación de la pareja, la presentación del matrimonio en sociedad, la fiesta familiar, etc. Así, de las múltiples cuestiones que se tienen que destacar, escogimos dos, el ritual matrimonial y la dote, las cuales se representaron mediante piezas como el traje de la novia y sus accesorios, los objetos necesarios para tener cuidado de su físico, los tatuajes de la novia, los instrumentos musicales, o las joyas de la dote. Ciertamente, nos encontramos con múltiples dificultades cuando tuvimos que proporcionar a los objetos una significación social que nos permitiera, desde su vinculación con otros, acercarnos a una cultura diferente, explicando cómo es su vida cotidiana, pero a pesar del resultado no creemos que nos hayamos equivocado en el método. Nos falta investigar más en esta dirección, dado que la ventaja más clara que nos proporciona la integración de unos objetos etnológicos diversos, es el de mostrar la forma en que unos hombres y unas mujeres construyen y viven en sociedad en un momento histórico determinado.