Más fue el autor de fallas históricas como las de la Plaça de Sant Jaume (1932 y 1941), Ruzafa-Cirilo Amorós (1933), Plaza Lope de Vega (1935 y 1940), calle Barcas (1942), la Plaça del Mercat (desde 1943 a 1955) y para Convento Jerusalén (1958), estas tres últimas agrupaciones de la sección Especial.
Pero, además, su pericia a la hora de diseñar los grandes conjuntos falleros le llevó al mundo del cine. El productor Samuel Bronston fichó a Regino Más en la década de los 60 para hacer los decorados de películas suyas rodadas en España como La caída del Imperio Romano y 55 días en Pekín.
Nacido en Benifaió en 1899 en el seno de una familia de pintores de brocha gorda, Regino Más se trasladó pronto a València junto a su familia y comenzó a trabajar con apenas 10 años ayudando al artista Enrique Guinot y pintando decorados para las zarzuelas del Teatro Apolo.
Con 14 años realizó su primera falla para la plaça del Mercat de Russafa y en 1918 la comisión de Cervantes le encargó su monumento. Tres años después Regino Más llevó a cabo su primer éxito con la falla Els fematers de la plaza del Collado. Según el estudioso Gascón Pelegrí esta monumento fue el primero de la historia que criticó al ayuntamiento.
Su preocupación por los artistas falleros -en tiempos de la II República ya había creado y presidido una asociación- le hizo crear en la época dura del franquismo el Gremio de Artistas Falleros en 1943, precisamente al salir de la cárcel donde permaneció medio año acusado de «auxilio a la rebelión» por sus sátiras falleras. Un presidente de la Feria de Muestras le agredió por sacarlo en una falla como estraperlista el año 1947.
Más se introdujo también en el mundo de las carrozas de la mano de Ramón Cabrelles y Tadeo Villalba y su pericia le llevó en 1955 a la República Dominicana a construir recintos feriales e incluso a exportar carrozas a los carnavales de Nueva Orleans.
Más murió en 1968 al caer de un andamio mientras trabajaba.