Exposición de fotografías de David Cantillo dedicada a los rituales de fuego y en las fiestas.
Organizada por el Museu Valencià d'Etnologia, se ha preparado para la itinerancia por los municipios de la Comunitat Valenciana.
El fuego es parte del sentimiento que parece consumir. ¿Quién no se ha encontrado alguna vez absorto, atizando el fuego envuelto en su crepitar candente? El fuego es un historiador intenso del mundo o, al menos, un actor recurrente. Nuestras fiestas son una hoguera viva que mantiene el fuego como antes lo hacían las vestales. A fuego lento extendemos los preparativos hasta engalanar con llamas la noche álgida de la fiesta. Pretenciosos, nos vestimos de demonios y jugamos con el fuego.
Y aunque los orígenes fueran más modestos, el fuego ha extendido sus llamas como si fueran brazos, hasta completar las fiestas valencianas tal como las entendemos hoy en día. Y es que solo hacía falta una pequeña chispa para provocar este incendio.
Pero más allá de la metáfora hay, sin duda, una relación ardiente une el Fuego y la Fiesta. De esa relación ardiente se ocupa la exposición Rituales de fiesta y fuego, del fotógrafo David Cantillo Orozco, producida por el Museu Valencià d'Etnologia.