Animetes santes. Costums tradicionals valencians sobre el més-enllà
Este ensayo ganó el vigésimo primero Premio Bernat Capó, en 2020.
La muerte es una constante en la vida. Todas las personas sabemos que más pronto o más tarde tenemos que pasar por este tránsito, y tenemos que morir sin poder hacer nada. La sociedad contemporánea vive inmersa en una cultura que tiende a esconder la realidad de la muerte, relevada a un simple hecho biológico. Aun así, antes de que estos cambios sociales estandarizaran el ritual de la muerte, los valencianos tenían sus particulares ritos funerarios, buena parte de los cuales tenían un fuerte componente femenino, que iba desde la atención a los moribundos, el amortajamiento y el velatorio, hasta la organización y práctica del luto. En muchos pueblos eran también las mismas comadres quienes también amortajaban los cuerpos. Las mujeres ayudaban a nacer, y también acompañaban en la muerte.
En cuanto al título, Animetes santes, hace referencia a una costumbre muy popular en las casas de nuestros mayores, cuando las mujeres encendían unas velas o animetes en recuerdo de los difuntos de la familia. Normalmente, también colocaban las fotos de los difuntos ante cada animeta. A veces también el animeta era considerada como un tipo de "lar" protector de la familia y por eso le encendían una vela, aunque no fuera Todos Santos ni Almas. Así, en la costumbre popular valenciana las "animetes santas" eran las almas de todos aquellos difuntos familiares que protegían los vivos.
Josep Lluís Santonja (Alcoi, 1965) es doctor en Historia por la Universitat d'Alacant y, actualmente, director del Archivo Municipal de Alcoi y de la Red de Bibliotecas Municipales de Alcoy. Ha publicado más de unas veinte monografías de investigación cultural e histórica, y más de un centenar de artículos de temática muy diversa.