Grupos / Escuelas


El colom, la nória i la volantinera
3º a 6º de Educación Primaria y 1er Ciclo de ESO
Presentación
Es una actividad didàctica dedicada a mostrar las diversas maneras de jugar de la sociedad tradicional en las ciudades valencianas.
Planteamiento
La propuesta educativa es un taller sobre juguetes tradicionales en el cual el alumnado, distribuido en pequeños grupos, tendrá que pintar y ensamblar un juguete de madera que ya está previamente troquelado. Dicho taller se complementará con una visita guiada al Museo. Se han creado tres modelos distintos de juguetes.
Desarrollo de la actividad
Consta de dos partes: en la primera los alumnos realizan una visita guiada a la exposición permanente. Esta visita tiene una duración aproximada de media hora. A continuación el grupo dispondrá de otra media hora para poder almorzar en los patios del Centro Cultural. En la segunda parte de la actividad, los participantes se dirigen a la sala del taller didáctico donde construirán, en grupos, uno de los tres juguetes que les haya sido asignado. A la finalización del taller, cada grupo se podrá llevar consigo el juguete que realizó.
Duración: 90 minutos.


Valencia en blanco y negro, una ciudad vivida
Valencia en blanco y negro, una ciudad vivida, es una exposición de fotografías sobre la ciudad de Valencia: una aproximación a la imagen de la ciudad desde 1860 hasta los años 60 del pasado siglo.
Se trata de imágenes en su mayoría inéditas, que nos muestran el pulso de la ciudad, una ciudad que se muestra en sus espacios, sus actividades, sus fiestas y acontecimientos, una ciudad que durante este periodo vivirá grandes transformaciones urbanas, grandes cambios y convulsiones sociales y políticas.
Las fotografías de la exposición provienen de archivos particulares (la mayoría del Arxiu Tívoli, la Casa Blava, el Arxiu Huguet y Guilabert Anton) y son en gran parte obra de aficionados que con su cámara captaron el día a día de la ciudad.
Con esta exposición, el Museu Valencià d’Etnologia abre un ciclo que pretende estimular la recopilación y difusión de la imagen gráfica de los pueblos y ciudades de las comarcas valencianas.


Mora Carbonell, el encanto discreto
Su temática está unida a una exaltación de determinados valores coincidentes con los de la burguesía conservadora: lo pintoresco, la mística, lo amable... Se trata de una temática discreta que rehúye el conflicto.
Desde su Alcoi natal, Mora será uno de los grandes del pictorialismo y uno de los más premiados dentro y fuera del país. La exposición coincide en el tiempo y en el espacio con la dedicada a su gran amigo Ortiz Echagüe: Mujeres: tipos y estereotipos. Fotografías de José Ortiz Echagüe.
El núcleo de la exposición es una selección de fotografías originales de Mora Carbonell estructuradas como un recorrido temático por su obra. Los temas escogidos son: “La naturaleza”, “El mundo rural”, “La ciudad” y “Forma y color”. En el último apartado, “Etnografía y pictorialismo”, el Museo invita a reflexionar sobre la mirada de los pictorialistas sobre la sociedad tradicional.


Vidas minadas
Fotografías de Gervasio Sánchez
Vidas minadas es un proyecto fotográfico de sensibilización que realiza el fotoperiodista Gervasio Sánchez desde 1995 con el apoyo de Intermón Oxfam, Manos Unidas y Médicos sin Fronteras, tres de las más de mil cuatrocientas organizaciones que trabajan en noventa países para erradicar las minas, un esfuerzo recompensado en 1997 con el Premio Nobel de la Paz. La compañía DKV Seguros, muy implicada en labores sociales y asistenciales, es la principal colaboradora del proyecto.
Diez años después de la entrada en vigor del Tratado de Ottawa, cuarenta países, entre los que destacan Estados Unidos, Rusia o China, principales productores mundiales de minas y con derecho a veto en el Consejo de Seguridad de la ONU, siguen negándose a firmarlo, mientras miles de personas pasan anualmente a formar parte de un impresionante ejército de mutilados.
El impacto humanitario de las minas es más profundo y devastador que los efectos de cualquier otra arma: no sólo cercenan miembros o vidas, sino que también impiden el libre acceso de los campesinos a sus tierras, de las mujeres a los pozos de agua o de los niños al colegio. Como consecuencia de ello, muchas tierras se quedan sin cultivar y familias pobres ven mermados sus ingresos.
El desminado también supone un pozo sin fondo de gastos para los países más afectados. Camboya, uno de los países más minados del mundo, tendría que emplear el equivalente a su producto interior bruto de cinco años si desea eliminar totalmente las minas enterradas. Según la ONU, harían falta 1.100 años y 30.000 millones de euros para erradicar los 167 millones de minas plantadas en 78 países de todo el mundo.
El Museu Valencià d’Etnologia, sensible a esta problemática que afecta a millones de personas en todo el mundo, ya mostró hace diez años al público valenciano la exposición Vidas minadas, primera parte de este proyecto en el que Gervasio Sánchez nos descubría la faceta más humana de esta terrible tragedia.


Hereros
Pastores ancestrales de Angola


El món en un betlem
Colección de Juan M. Gisbert
La exposición recoge el trabajo realizado por el catedrático de la UPV y director del Agromuseo de Vera de la UPV, Juan M. Gisbert Blanquer, a lo largo de múltiples viajes por el mundo y particularmente por América Latina donde ha recopilado una gran variedad de belenes y nacimientos de diferentes países que muestran la formas con que estas sociedades celebran el nacimiento de Jesús.
Lugar de exhibición: hall del C.C. La Beneficència. C/Corona, 36.


El huerto de la naturaleza


Arriben bandes. Societats musicals valencianes
El Museu Valencià d’Etnologia se acerca por primera vez al importante y significativo mundo de las sociedades musicales, con el objetivo de proponer una lectura que supere la vertiente estrictamente histórica y festiva, y presente desde una visión antropológica el papel de las bandas como marcos de encuentro, socialización y convivencia colectivas.
Las bandas de música constituyen uno de los fenómenos sociológicos más interesantes y diferenciadores de la Comunidad Valenciana, por su extraordinaria implantación en todo el territorio y por la cantidad de recursos humanos, materiales y económicos que movilizan.
Los escasos estudios académicos existentes sobre esta temática han tratado de desentrañar las razones por las que las bandas de música ha tenido un arraigo tan profundo en el pueblo valenciano, y todos han coincidido en señalar que se trata de un movimiento complejo, en el que la interacción con el ámbito de la fiesta (en realidad, su expresión pública) es sólo uno de los muchos factores que ayudan a entender la homogénea y fecunda expansión del tejido asociativo musical en nuestra geografía. Lo cierto, sin embargo, es que constituyen una de las expresiones sociales más pujantes del territorio valenciano, cuya significación supera con mucho el marco meramente musical, convirtiéndose en uno de los ejes articuladores de la cultura en muchos puntos de nuestra tierra.
La banda forma parte indisoluble de la comunidad, su música acompaña los actos colectivos públicos y privados, coadyuva a solemnizar las celebraciones religiosas y anima los rituales profanos, dotándolos de una envoltura sensible y una plasticidad que permeabiliza nuestro paisaje festivo hasta hacer de la melodía que la acompaña un elemento reconocible por todos.
Su presencia en buena cantidad de actividades culturales y festivas hacen de la banda un elemento muy visible en el tejido social valenciano, mostrándose en todo tipo de actos musicales y festivos (conciertos, procesiones, pasacalles, desfiles de Moros y Cristianos, fallas, hogueras, etc.), de tal manera que en no pocas ocasiones se constituye como el principal agente dinamizador de la cultura local.
El factor económico merece también un capítulo aparte. La relevancia económica de las bandas está fuera de toda duda, por dos cuestiones fundamentales. Uno, por la cantidad de empleos que genera, en actividades relacionadas con la formación y la administración de las propias sociedades, y dos, por el presupuesto global que maneja el sector, que fue de 50 millones de euros en el año 2008.
La estructura organizativa de las sociedades se halla compuesta por tres tipos de agentes: los músicos, los educandos y los socios, y todos se dan cita en la sede social debido a diferentes circunstancias, momentos y motivos. Unos lo hacen para ensayar, otros para formarse y otros para organizar actividades y tratar asuntos organizativos. El Casino, el Centro Instructivo, La Unión, el Ateneo, en ellos es donde tienen lugar el ensayo y la formación de los educandos, pero también son lugares de encuentro. Suelen ser edificios amplios, generosos, muchas veces propiedad de las sociedades, con espacios habilitados para acoger la cada vez mayor y variada gama de servicios que ofrece: orquesta sinfónica, banda juvenil, coro, big band, o incluso teatro. En estos edificios, el esparcimiento ocupa un espacio relevante. Allí los grupos se reúnen y hablan, cenan antes del ensayo y luego quedan.
Su fecunda actividad interna no puede hacernos olvidar su intensa proyección externa. Además de los pasacalles festivos -donde las bandas participan con su música acompañando a cofradías de Semana Santa, a comparsas de moros y cristianos, a agrupaciones de fallas u hogueras-, los certámenes, concursos o encuentros con otras bandas, se convierten en citas importantes donde poner a prueba los conocimientos y la técnica, resultado de muchas horas de ensayo y trabajo conjunto. Las bandas participan en este tipo de acontecimientos musicales que otorgan prestigio y nombradía, y es aquí donde aparece en toda su magnitud el fenómeno identitario. Identidades locales, identidades de grupo, compitiendo en un escenario donde se juega algo más que una buena ejecución de una pieza musical o una sonoridad vibrante.
Finalmente, y para completar el panorama de las bandas de música valencianas, cabe señalar los grandes cambios operados en las últimas dos décadas: el paso de un modelo basado en la tradición y un perfil de músico aficionado, masculino y obrero, a otro modelo, en el que destaca la tendencia a la progresiva profesionalización de sus miembros, la incorporación plena de la mujer en la sociedad musical y una cierta heterogeneidad social de sus integrantes.


Dia del cant valencià d´estil